Lo cierto es que todos los jugadores de fútbol lesionados están deseosos por volver al trabajo y jugar partidos, en mi experiencia he encontrado a jugadores que aún sin estar recuperados del todo de su lesión física, querían por todos los medios, incluso no saludables, volver a jugar.
Por otro lado, el temor a la recaída o el de volver a lesionarse, también está en la mente del futbolista. El miedo a la lesión, influye en la capacidad de concentración del deportista, pudiendo afectarle en el rendimiento y provocando en algunos caso una nueva lesión o incluso la aparición de la misma lesión.
¿Qué puede hacer el equipo técnico para evitarlo? ¿Cómo podemos trabajar los aspectos psicológicos del futbolista?
En primer lugar debemos curar la lesión y rehabilitarlo físicamente. Cuando el equipo médico da el alta al jugador, es momento de la rehabilitación funcional, responsabilidad del preparador físico y en su caso (porteros por ejemplo) de otros técnicos. El psicólogo debe trabajar durante todo el proceso con los profesionales que “recuperan” al deportista y con el jugador.
El mensaje debe ser de paciencia y de optimismo. Las lesiones necesitan tiempo para sanar, la rehabilitación es un proceso complejo que también requiere de tiempo, y a la vez hay que transmitir que todo se está desarrollando como estaba previsto (incluso mejor) y que cuando se termine el jugador estará igual o mejor que antes de producirse la lesión.
Este mensaje es válido, siempre que se finalice con el proceso y se desarrolle conforme a lo que los profesionales hayan planificado. En teoría, nunca debería dejar que un jugador de fútbol se incorporase a un partido si no está completamente recuperado de la misma. Aunque esto último dista de la realidad, como vemos cada fin de semana en los equipos de las primeras categorías. A veces prima más la necesidad de que el jugador esté en el campo, que su recuperación completa y se asume el riesgo de convocarlo, aunque se agrave la lesión. Nosotros desde aquí tenemos que decir que este hecho es contraproducente para el futbolista y que debería evitarse a toda costa.
En todo caso, un jugador que está completamente recuperado de una lesión y que ha pasado por una rehabilitación funcional adecuada, sabe, siente y está preparado física y psicológicamente para afrontar las exigencias de la competición sin ningún tipo de problemas.
Roberto Arias Psicología del portal de formación de entrandores de fútbol www.entrenadornacional.com
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